Milagros Méndez
Vargas tiene 12 años, le encanta estudiar, pero dejó de hacerlo ante el temor
de su abuela de que sus compañeros de secundaria la lastimen, pues padece Epidermólisis Bullosa, enfermedad
también conocida como “piel de cristal” o “piel de mariposa”, la cual se
transmite de manera genética por algún familiar que la padeció y se caracteriza
porque la piel de los afectados es frágil, débil, extremadamente sensible y
vulnerable, tan delicada como el cristal.
Debido al riesgo
que significa que al menor contacto físico se les desprende la piel causándoles
heridas y/o ampollas que tienen el aspecto de una gran quemadura, es que, por
su seguridad y los dolores que sufre, su familia decidió que dejara la escuela
regular.
Por no saber cómo
atender la enfermedad de su primogénita, los padres de Milagros la dejaron al
cuidado de su abuela María del Carmen Vargas Silva, quien a sus 65 años sigue a
cargo de la menor y de otro nieto. Ella comenta que a Milagros le gusta mucho la
escuela y acaba de terminar la primaria, pero teme inscribirla en una
secundaria regular por miedo a que sufra algún percance al subir las escaleras
o algún accidente con sus compañeros.
Ante ello, acudió a
la Subsecretaría de Educación Zona Norte de Ciudad Juárez, donde la remitieron las
oficinas del Instituto Chihuahuense de Educación para los Adultos (ICHEA) en la
frontera.
María del Carmen dijo
que viven gracias a la ayuda de personas altruistas de El Paso, Texas, así como
de lo poco que gana con la tienda de abarrotes que instaló en su propia casa.
El director general
del ICHEA, Martín Antonio Valdivia González, manifestó que la institución atiende
en secundaria a personas a partir de los 15 años; sin embargo en situaciones
especiales, solicita al Instituto Nacional para la Educación de los Adultos
(INEA), una dispensa de edad, para que menores de 15 años puedan estudiar la
secundaria en esa institución en un programa especial denominado “10-14”.
Agregó
que la situación de Milagros es uno de esos casos especiales, por lo que ya
está corriendo el trámite con el INEA para obtener el permiso y poder
inscribirla. Mientras tanto, la joven ya recibió material didáctico y decidió
acudir a las asesorías educativas en un círculo de estudio cercano a su
domicilio, en Ciudad Juárez