Piden padres material para mejorar su vivienda; sus hijas, ‘un regalito’
Gabriela Cota
El Diario | 2012-12-17 | 21:43
Con pedazos de cartón, madera y plástico fue construida la vivienda de la familia Galindo Mendoza, por eso es necesario reforzar los muros por dentro, con cobijas y lonas, para que el frío no se sienta tanto.
Dana y Cristal, de 6 y 7 años, respectivamente, esperan que Santaclós no se olvide de ellas en Navidad, mientras que sus padres, más que un regalo, desearían reparar la casa o tener material para construirla con ladrillo, block o adobe.
Tomás Galindo, de 28 años, se desempeña como obrero en una empresa de minerales, aunque desde hace un par de meses sólo recibe medio sueldo. Hilda Mendoza, de 24 años, labora en una maquiladora.
“Juntos buscamos salir adelante, sobre todo por las niñas, pero el dinero no alcanza y luego andamos vendiendo cualquier cosa para comprar algo de mandado”, dijo Hilda.
Recordó que en el verano vendió su calentón de leña, pues no tenía para comprar comida, aunque por el aparato sólo recibió 30 pesos.
“Esperaba juntar para comprar un calentón para estas fechas, ésos que valen como 300 pesos, y no más no… y mientras nos acomodamos con las cobijas, las niñas en su cama y nosotros en otra, pero ya cuando de plano hace mucho frío, pues todos dormimos en una sola”, explicó.
A una semana de que llegue la Navidad, Hilda indicó que en su hogar será como otro día, pues no hay para preparar algo en especial.
“Estamos mal, no hay dinero… qué más quisiéramos que traerles unos juguetes a las niñas y preparar algo rico para celebrar, pero por ahora tenemos otras prioridades como arreglar la casita, para que ya no se sienta tan helado”, dijo Hilda, mientras que las niñas paseaban descalzas por la fría habitación que compone su hogar.
Ellas no entienden las carencias que existen en su familia, por lo que conservan la esperanza de que Santaclós les obsequie al menos unos bebés y una casita para muñecas.
gcota@redaccion.diario.com.mx
Dana y Cristal, de 6 y 7 años, respectivamente, esperan que Santaclós no se olvide de ellas en Navidad, mientras que sus padres, más que un regalo, desearían reparar la casa o tener material para construirla con ladrillo, block o adobe.
Tomás Galindo, de 28 años, se desempeña como obrero en una empresa de minerales, aunque desde hace un par de meses sólo recibe medio sueldo. Hilda Mendoza, de 24 años, labora en una maquiladora.
“Juntos buscamos salir adelante, sobre todo por las niñas, pero el dinero no alcanza y luego andamos vendiendo cualquier cosa para comprar algo de mandado”, dijo Hilda.
Recordó que en el verano vendió su calentón de leña, pues no tenía para comprar comida, aunque por el aparato sólo recibió 30 pesos.
“Esperaba juntar para comprar un calentón para estas fechas, ésos que valen como 300 pesos, y no más no… y mientras nos acomodamos con las cobijas, las niñas en su cama y nosotros en otra, pero ya cuando de plano hace mucho frío, pues todos dormimos en una sola”, explicó.
A una semana de que llegue la Navidad, Hilda indicó que en su hogar será como otro día, pues no hay para preparar algo en especial.
“Estamos mal, no hay dinero… qué más quisiéramos que traerles unos juguetes a las niñas y preparar algo rico para celebrar, pero por ahora tenemos otras prioridades como arreglar la casita, para que ya no se sienta tan helado”, dijo Hilda, mientras que las niñas paseaban descalzas por la fría habitación que compone su hogar.
Ellas no entienden las carencias que existen en su familia, por lo que conservan la esperanza de que Santaclós les obsequie al menos unos bebés y una casita para muñecas.
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