domingo, 17 de marzo de 2013

Expropiación Petrolera




La Expropiación Petrolera, es la conclusión de la puesta en marcha a la Ley Expropiación de 1937 y del Artículo 27 de la Constitución Mexicana ejercidos a las compañías petroleras el 18 de marzo de 1938, por el Presidente de la República, Gral. Lázaro Cárdenas del Río.

El general michoacano Francisco J. Mújica, secretario de Estado en la administración cardenista (Defensa y Comunicación y Obras Públicas) ayuda en la redacción del Manifiesto a la Nación en que se dan a conocer las razones para nacionalizar el petróleo, hasta entonces en poder de compañías inglesas y holandesas.

La generación de políticas de soporte a organizaciones obreras y la fundación de Petromex (posteriormente PEMEX), apoyada por el Presidente Lázaro Cárdenas.

Para 1924, tras algunos conatos de huelga reprimidos por el ejército, se emplazó a huelga en Tampico en contra de la refinería "El Águila", con consecuencia favorable a los trabajadores al conseguir que la empresa aceptara la existencia del sindicato y se preparara la firma de un contrato colectivo de trabajo.

En Julio, la Junta General de Conciliación y Arbitraje, apoyada por una Comisión de expertos que investigo la situación financiera de las compañías petroleras, concluyendo que las ganancias obtenidas por éstas, permitían fácilmente cubrir las demandas de los trabajadores.

El 16 de agosto de 1935 se forma el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana teniendo como una de sus acciones iniciales la generación de un proyecto de contrato en el que se pedía una jornada de 40 horas, así mismo el pago del salario completo en caso de enfermedad, la intención de este contrato era la de sustituir los otros contratos colectivos que mantenían el control laboral en las compañías petroleras.

 El 3 de noviembre de 1937 se les solicito la firma del nuevo contrato colectivo y para el 17 de mayo el sindicato preparo la huelga en caso de no verse cumplida tal solicitud. Para principìosde junio el sindicato levanto demanda a las compañías petroleras en la Junta General de Conciliación y Arbitraje. Finalmente la huelga inicio el 31 de mayo y termino el 9 de junio.

El 8 de diciembre se ejecuta otro paro de labores al no haber respuesta de la Junta de Conciliación. Pero no es sino hasta que el 18 de diciembre de 1937, la junta fallo en favor del sindicato mediante un laudo en el cual se solicitó a las compañías cumplir las peticiones y el pago de 26 millones de pesos en salarios caídos. 

Las compañías petroleras interponen un amparo el 2 de enero de 1938 ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, misma que les negó el amparo.

Fue entonces que, las compañías extranjeras se declararon en pleno desacato a lo que, la máxima Autoridad Judicial emite fallo el 1 de marzo, acusando que el tiempo límite para que las empresas paguen los 26 millones de pesos el 7 de marzo.

Después de varias Juntas con los dueños de las compañías. En la junta del 7 de marzo cuando el presidente Lázaro Cárdenas solicitó el pago de los 26 millones como una garantía para levantar la huelga, uno de los dueños de una de las compañías preguntó "¿Y quién lo garantiza?". "El presidente de la República" contestó Lázaro Cárdenas, a lo cual el dueño respondió "¿Usted?". Fue después de eso que Lázaro Cárdenas dio por terminadas las pláticas.

El viernes 18 de marzo de 1938, las compañías extranjeras, declararon en el último momento estar dispuestas a hacer el pago, pero el Presidente Cárdenas ya había tomado una decisión: a las 10 de la noche declaró la expropiación mediante la cual la riqueza petrolera, que explotaban las compañías extranjeras, se volvió propiedad de la nación Mexicana.

El Reino Unido rompió relaciones diplomáticas con México, los Países Bajos y Estados Unidos decretaron un embargo comercial, y retiraron a todo su personal técnico. La Tesorería de Estados Unidos dejó de adquirir petróleo y plata mexicana y dio toda su preferencia al petróleo de Venezuela.

El 23 de marzo se reunieron miles de personas de todas las clases sociales en una enorme manifestación de respaldo, regalando hasta gallinas para cubrir la indemnización. Las colectas y la emisión de bonos para cubrir la indemnización a las compañías petroleras estuvieron lejos de solucionar el problema económico pero sí constituyeron movilizaciones impresionantes de la opinión pública en apoyo de la nueva situación. 

Incluso sectores como la Iglesia y los empresarios conservadores, aplaudieron esta decisión. Para muchos, la expropiación significaba un sacudimiento final del imperialismo que por tanto tiempo había sangrado a México, impidiéndole confiar en su propia fuerza y capacidad.

Fueron momentos difíciles para el país ya que se agotaban las reservas de gasolina y no se tenía el conocimiento para sintetizar el tetraetilo de plomo, utilizado en aquellas épocas para graduar el octanaje de la gasolina. Se reunió a los mejores especialistas del todo el país para poder descubrir el proceso.

Un accidente mató la mayor parte del personal y retrasó la investigación cuando se encontraba más avanzada. En un segundo intento se reunieron a los estudiantes de química más destacados del Instituto Politécnico Nacional y la Universidad Nacional Autónoma de México y después de muchos esfuerzos lograron sintetizar el compuesto.

La expropiación petrolera trajo como consecuencia un boicot de las grandes corporaciones petroleras mundiales agrupadas desde 1928 en el llamado cartel de las Siete Hermanas formadas originalmente por Exxon, Texaco, Gulf, Mobil, Chevron, British Petroleum y Shell, lo que debió obligar a Lázaro Cárdenas a negociar con los nazis quienes a través de Henri Detering, se habían infiltrado hasta la Dirección General de la Shell

Para abril 18 de 1938, un mes después de la expropiación, Lewis se comunicó con Alejandro Carrillo, brazo derecho de Cárdenas para impulsar la venta de petróleo mexicano a Alemania e Italia, la primera venta fue por 17 millones de dólares que se empezó a embarcar desde junio de 1938 y que duró hasta mayo de 1939.

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